Efectos benéficos de la yerba mate en un modelo experimental en cultivo de muerte neuronal, y la posible proyección con la enfermedad de Parkinson.
Por Juan E. Ferrario.
Las propiedades medicinales de ilex paraguariensis o yerba mate (YM) fueron conocidas por occidente desde la colonización española a los pueblos guaraníes. Sin embargo, durante muchos años se han transmitido de boca en boca sin validación científica.
Recientemente ha tomado mucha relevancia el impacto de la ingesta de ciertos alimentos sobre la evolución de las enfermedades neurodegenerativas, haciendo emerger el interés sobre ciertos productos naturales incluyendo la yerba mate. Además del particular interés que puede existir sobre la yerba mate como planta medicinal, la investigación sobre los efectos de la YM sobre la salud tiene un impacto enorme para la industria yerbatera, aportando valor agregado a este producto de interés Nacional.
Hace más de 40 años se observó una menor incidencia a desarrollar Parkinson entre tomadores de café, hecho que puso el foco en buscar el/los factores neuroprotectores que median ese rol para su traslación con fines terapéuticos. Es interesante, que al día de hoy, siguen siendo muy pocos los alimentos asociados con reducción de incidencia en enfermedades neurodegenerativas, resaltando más aún el interés de la comunidad científica internacional sobre el café o compuestos similares.
Inspirados en estos antecedentes, en 2015 se advirtió la existencia de una relación benéfica entre la yerba mate y la enfermedad de Parkinson a partir de una investigación epidemiológica dirigida por la neuróloga Emilia Gatto. Esta evidencia poblacional, sumada al reconocido efecto benéfico del café en la reducción del riesgo de desarrollo del Parkinson, y la similitud entre los principios activos de ambas infusiones, permite pensar que ciertos compuestos presentes en el mate podrían ser los responsables de dicho efecto preventivo y podrían dar lugar al desarrollo de moléculas de aplicación terapéutica a futuro.
En el Laboratorio de Neurobiología de la Enfermedad de Parkinson, en el iB3, nos interesamos en los mecanismos celulares y moleculares de la neuroprotección y estudiamos el efecto que tienen extractos de Yerba mate sobre modelo in vitro e in vivo. Recientemente publicamos en la revista especializada Movement Disorders, un artículo donde demostramos que la yerba mate tiene la capacidad de evitar la muerte de las neuronas dopaminérgicas en cultivo, las primeras en verse afectadas en el Parkinson. A su vez, el tratamiento con yerba mate favorece el crecimiento de las proyecciones neuronales (axones y dendritas). Este modelo en cultivo, que está validado desde hace 3 décadas, permite valorar la capacidad neuroprotectora de ciertos compuestos. Probamos entonces cafeína, teobromina y ácido clorogénico, tres de los principales componentes del mate. Nuestras investigaciones nos permitieron concluir que cafeína (sola), presenta un efecto neuroprotector más leve que la yerba mate (reproduciendo resultados previos de otros grupos, y por lo tanto “validando” el modelo en nuestras manos), mientras que teobromina y clorogénico muestran un efecto neuroprotecctor mas potente que la cafeína aunque menor que el extracto de yerba mate completo.
El café, el té verde y el mate comparten una gran cantidad de principios activos, por lo que las investigaciones son complementarias y con impacto global. Los compuestos orgánicos mayoritarios presentes en la YM son alcaloides purínicos (metilxantinas como cafeína, teofilina y teobromina), polifenoles (ácido clorogénico y sus derivados), saponinas y flavonoides.
Recientemente, tomó mucha relevancia el ácido clorogénico, por ser propuesto como el principio activo del café responsable de su efecto neuroprotector, tanto en modelos de Parkinson como Alzheimer. Como dijimos, nuestro grupo demostró que el ácido clorogénico es neuroprotector en el citado modelo in vitro de Parkinson.
En este contexto, toma mucha relevancia el interés de la industria yerbatera y el fortalecimiento del mate como alimento saludable, ya que el grano de café y las hojas del mate son las dos mayores fuentes naturales de ácido clorogénico.
Las investigaciones respecto a los efectos de la yerba mate sobre el sistema nervioso central son aún muy incipientes, pero, por la evidencia y la literatura existente, el panorama por explorar es sumamente amplio y prometedor y con gran interés debido al potencial impacto sobre la evolución de la enfermedad de Parkinson.